A tres años del femicidio de Dolores Juncos, asesinada de once puñaladas en la localidad bonaerense de Isidro Casanova por su pareja Ramón Hermes Acuña, su familia lamentó que el autor del crimen «haga su vida con normalidad» ya que fue declarado inimputable por un tribunal de La Matanza, mientras el caso sigue impune, por lo que pidió a la justicia alguna medida para restringir su libertad.
«El asesino de Dolores hace su vida normal. Va a cumpleaños, a fiestas, sale a pasear. Debería pasar lo que le queda de vida en un penal, debería estar condenado. Nos mató de manera salvaje a nuestra hermana. No se entiende por qué la Justicia hizo todo esto», expresó a Télam Karina Juncos, hermana de la mujer de 35 años que fue asesinada el 15 de septiembre de 2020.
Ramón Hermes Acuña (79) fue considerado inimputable en febrero por el Tribunal Oral Criminal 2 de La Matanza, que lo autorizó a continuar un tratamiento psiquiátrico en libertad, a pesar de que admitió durante el debate haber matado de once puñaladas a Dolores Juncos.
«Acuña deberá continuar con el tratamiento psicológico-psiquiátrico y presentar ante este Tribunal, cada seis meses, el informe de seguimiento», indicó uno de los puntos centrales del veredicto, emitido hace siete meses por los jueces Arturo Federico Mateo Gavier, Lucila Laura Pacheco y Diego Sebastián Burgueño.
«Están dejando un caso impune, tiene que estar preso. Si está enfermo, tiene que estar en un neuropsiquiátrico»Soledad Juncos
Al respecto, las hermanas de Dolores Juncos, Soledad y Karina, consideraron la decisión como «una locura» y afirmaron que los magistrados «se cagaron» en las tres hijas menores de edad de la víctima.
«A los jueces les importó un carajo el sufrimiento de la familia y de las hijas. Pensaron más en un asesino que en la persona a la que le quitó la vida. Están dejando un caso impune, tiene que estar preso. Si está enfermo, tiene que estar en un neuropsiquiátrico«, reclamó Soledad.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que, si bien el fallo fue apelado por el fiscal de juicio Guillermo Bordenave, la Cámara de Apelaciones de La Matanza no hizo lugar a su pedido, por lo que se dio por finalizado el proceso penal.
La absolución de Ramón Hermes Acuña
El Tribunal 2 de La Matanza no fue el primero en absolver a Acuña ya que el TOC 1 de la misma jurisdicción lo había declarado «inimputable» en febrero del 2022.
Los jueces Alfredo Drocchi, Matías Rouco y Andrea Schiebeler sostuvieron entonces que Acuña no presentaba «un riesgo cierto e inminente», por lo que dispuso su liberación de la Unidad Penal de Melchor Romero, donde había quedado alojado tras cometer el femicidio.
Sin embargo, tres meses después de eso, la sala primera de la Cámara de Apelación y Garantías de La Matanza, presidida por el juez Gerardo Lucio Frega, hizo lugar a un planteo presentado por el fiscal de la causa Alfredo Luppino para que se «revoque el sobreseimiento» y «se haga nula la excarcelación», y ordenó al TOC 2 llevar a juicio al hombre.
En esa última instancia, el fiscal Bordenave acusó a Acuña de «homicidio agravado por el vínculo de pareja existente con la víctima y por haberse perpetrado contra una mujer por un hombre, mediando violencia de género» y, en sus últimas palabras, el imputado admitió haber cometido el hecho y le pidió disculpas a la familia de Juncos, aunque aseguró que no la quiso matar.
«Nos removió mucho tener el juicio. Tenerlo a él ahí en frente, odiarlo con toda tu alma, no pudiendo decirle nada, se juntan un montón de cosas. Juntamos fuerzas de donde no teníamos. Fue muy doloroso y no entendemos para qué sirvió. No nos dio ninguna solución. Al único que lo favoreció el juicio fue a Hermes», señaló con indignación Karina Juncos.
En ese sentido, Soledad añadió: «La verdad que estamos mal, esperamos tanto tiempo para nada. Hicimos tantas cosas y seguimos sin que nadie escuche. A los jueces no les importó nada, son personas frías, no tienen sentimientos. Priorizaron a un asesino, por sobre una familia destrozada».
Por otro lado, las hermanas recordaron que aquel 15 de septiembre de 2020, Dolores Juncos fue a la casa del hombre con el que salía hace nueve meses, con la intención de terminar la relación ya que Acuña era «violento y muy posesivo».
«Vos hacés que te diga cualquier barbaridad porque me ponés nervioso. Yo te voy a ayudar. No me digas que te arreglás sola. Vos hacés que te hable mal porque me sacas de quicio», fue uno de los audios que Acuña le envió a Dolores Juncos en las semanas previas a su asesinato, a los cuales tuvo acceso Télam.
Al respecto, Karina recordó entre lágrimas: «Nos venía diciendo que estaba muy cansada y que no lo aguantaba más. Le dije que no le atienda más el teléfono. Ese día, habíamos quedado con Mari para que venga a comer unas empanadas a casa al mediodía. Después me enteré que esa mañana se había ido a lo de él. La llamé, pero nunca más me atendió el teléfono».
El femicidio de Dolores Juncos
Una vez que Dolores Juncos llegó al domicilio, Acuña la atacó con un arma blanca y la apuñaló en once oportunidades en el cuello hasta matarla. Tras el crimen, el femicida intentó suicidarse con el mismo cuchillo y terminó internado en el hospital Paroissen, donde se recuperó de sus heridas.
Soledad Juncos indicó que Hermes Acuña «tenía todo planeado» y recordó que el asesino «organizó todo» para que Dolores Juncos pueda despedirse de sus hijas el último día de su vida.
«Él ya sabía lo que iba a hacer, lo tenía todo pensado. Lo tramó todo, un perverso. Hizo que el día anterior ella fuera a jugar a la pelota con sus hijas como una forma de aprovechar su último día de vida», afirmó Soledad que añadió: «Después de lo que hizo la Justicia, él sabe puede hacer lo mismo con otra mujer y sabe que no va a ir preso. Hace muchos años estábamos esperando una respuesta y nos quedamos sin nada».
Fuente: Télam
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